lunes, 20 de mayo de 2013

Enfría bien el vino. Calienta el corazón. 
Enciende un cigarrillo. Recita algún poema. 
Apaga con minuciosidad todas las luces. 
Mírate en el espejo. Arréglate la ropa.

Péinate igual que aquella tarde. 
Bebe a sorbos. Mira por el balcón abierto. 
Suspira. Reviéntate el granito junto al labio. 
Puedes, incluso, tararear algún bolero.

Enciende la tele. Tal vez pongan
algún viejo film en blanco y negro.
Mira el reloj. Recorre los pasillos.
Comprueba que el grifo sigue goteando.

Abre el frigorífico. Y pica cualquier cosa.
Túmbate en la cama. Muerde las sábanas y llora.
Maldice. Grita. Blasfema. Pero nunca
cojas ese teléfono maldito.

Rodolfo Serrano- "Especial para Cócteles"

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